Medito en éxtasis imaginario
el delicioso manjar culinario...
una cazuela de algas marinas.
Abro los ojos
y en el plato descansan
un par de ojos vidriosos de becerro.
Los miro aterrada,
hasta que alguien me alivia:
“tranquila, son ojos dietéticos.”
© Danhir Salomón
2 comentarios:
No puedo evitar sonreir al leer el poema, pero también de admirarme de la imagen...
Besos
No te culpo, Globo... resultó una mixtura extraña.
(:
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