Vuelvo a ver la casa sin techo
con unos pocos adobes apilados
y cada vez que paso por allí
es como reencontrar flamencos
en los libros de cuentos…
los juegos
los caracoles
las uvas robadas
en el calor de una siesta
mientras los padres duermen
el sueño pesado y cansado
que lleva Argentina
los niños viven
un mundo de orillas…
2 comentarios:
Danhir:
Un paréntesis estival
para saludarte, para
asir la nave de los desplazados,
para concordar en tu labio
con un verdor de agua invicta.
Un sublevado canto coral,
hermana nocturna, qué el día
con la noche no tiene pared
y mi oscura canción
vierte su ira y ternura
entre los márgenes de tu voz
y un mundo a la deriva.
Un abrazo,
Viktor
Siempre es un placer recibirte, Viktor querido...
Afortunadamente nos conocimos sin paredes a través de este medio y sé que juntos entonamos, a pesar de la distancia, la misma melodía.
¡Un abrazo fraterno, amigo!
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