miércoles, 28 de julio de 2010

MI VIDA




Rotan trescientos sesenta grados

de agujas insoportables...
Mi cama, casi siempre estuvo vacía
o casi llena de fantasmas.
Apariencias infieles
entre días y noches camaleónicas
que no superan las agujas.

Si he resistido en el tiempo,
en el cuerpo y en este espacio
es quizás, por mi oficio sereno de contadora.
Cuento las agujas clavadas
desde los sueños más pueriles,
las cuento metódicamente
y las narro artificialmente.

Pero todas las agujas se pulverizaron de golpe
cuando una voz aseguró que los errores se solucionan.



© Danhir Salomón






2 comentarios:

jorge dijo...

Sorprendentemente me llegan noticias tuyas, un aviso de que me quieres añadir a Faceboock.

Te dire que no uso el face, pero confesare que me alegró saber de ti.

Y he corrido a ver tus Nocturnidades y me encuentro esta pequeña maravilla (de lo mejor que te he leido).

Veo que sigues creciendo. Como escritora (trasmites, que es lo esencial) y como mujer (estas guapisima...lastima de edad...intentaria seducirte).

Esa voz que acaba con las agujas es una voz sabia.
Los fantasmas se escapan de la cama cuando la ocupa un imvitado.
Y si te ha servido para sobrevivir, sigue contando...muchos nos alimentaremos de tus palabras.

Un beso sin agujas.

Nocturna dijo...

Igualmente, Jorge... me alegra reencontrarnos!
Insistente con las letras, seguiré contando hasta que ya no me queden más palabras.

Muchos besos sin agujas!