jueves, 10 de junio de 2010

NOCHE



Acaso sea ella
quien desciende su cortina translúcida
dejándome observar sus sueños con brillantinas.

Tal vez fuera yo
la que insomne asciendo los peldaños satinados
a desenredar las madejas que mi hombre elabora
cuando piensa en mis palabras.



© Danhir Salomón



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