martes, 22 de diciembre de 2009

MEMORIAS



Sedimenta la espera
en el cauce de un río
con gotas inexistentes
que ya ni decantan
al tiempo efímero.

El cauce quedó vacío

desde que su boca
se bebió al río

que ahora corre desquiciado
por sus venas anestesiadas.

Pero no quiso desafiar al orbe.
Enterró los momentos,
en que pisaba estrellas, conmigo.

© Danhir Salomón




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