Sedimenta la espera
en el cauce de un río
con gotas inexistentes
que ya ni decantan
al tiempo efímero.
El cauce quedó vacío
desde que su boca
se bebió al río
por sus venas anestesiadas.
Pero no quiso desafiar al orbe.
Enterró los momentos,
en que pisaba estrellas, conmigo.
© Danhir Salomón
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